La huida de Petrovic

Drazen Petrovic era un genio, capaz de batir records individuales uno tras otro y de ganar todos los títulos posibles en Europa. En el verano de 1989 acababa de ganar el Eurobasket con su selección. Con su equipo, el Real Madrid, lo había ganado todo salvo la Liga ACB, perdida en una intensa final con el Barcelona. Petrovic sentía que Europa se le quedaba pequeña, que un jugador con su potencial merecía competir en la mejor liga, se veía jugando contra Magic, Jordan, Bird…

Los cantos de sirena de la NBA llegaron por medio de Portland Trail Blazers, el equipo que tenía sus derechos. Nada más finalizar el campeonato de Europa de selecciones en Zagreb, Petrovic manifestó su intención de marcharse a jugar Estados Unidos. Empezaba un tira y afloja entre el jugador, el club español y el americano. Desde Croacia, Drazen mandaba recados sobre su ilusión de ir a la NBA ya en la siguiente temporada, incluso viajó a Portland para negociar un posible contrato con los Blazers y para estudiar una manera de desvincularse del Real Madrid.

Petrovic, entre Romay y Fernando Martín, tras ganar la Recopa en 1989.

El entonces presidente del club blanco, Ramón Mendoza, se negaba a escuchar cualquier oferta por Petrovic y no quiso ni recibir a los representantes de Portland. El jugador croata se mostraba desafiante y declaraba que solo volvería a España «de vacaciones», y los Blazers ponían una demanda al Real Madrid en un juzgado de Oregon para que rescindiese el contrato (aún quedaban tres años más) a Petrovic a cambio de una suma de dinero. Se abría incluso la posibilidad de que el jugador se quedase un año sin jugar mientras se solucionaba el conflicto. «Tengo casa en Zagreb, una pizzería y un dinero de mi último año en Madrid, puedo estar un año sin jugar», afirmaba Petrovic desde Croacia.

A primeros de agosto se empezaba a ver un poco de luz cuando Mendoza prometió al jugador que le dejaría libre si jugaba una temporada más en Madrid. Drazen, muy ligado a la figura del presidente madridista, al que consideraba un padre, aceptó la propuesta y acudió en coche desde Zagreb para la presentación con el resto de sus compañeros del Madrid. Los directivos de Portland, escamados ante la propuesta de Mendoza, preguntaron al jugador si la promesa estaba por escrito. Ante la negativa de la respuesta instaron a Petrovic para que volviese a insistir sobre su salida.

Petrovic ante los Pistons en su primera temporada NBA.

A mediados de agosto el jugador croata no se presentó una mañana al entrenamiento con el Madrid, que era entrenado por George Karl en esos momentos, y tomó un avión a Estados Unidos. La huida se había consumado y pretendía presionar al equipo español desde Portland. Ante el cariz que habían tomado las cosas el Real Madrid se mostró abierto a negociar y consiguió algo más de un millón de dolares por el traspaso del jugador. Dentro de la plantilla la marcha de Petrovic fue bien recibida, el juego de equipo se había resentido en la última temporada y jugadores como Fernando Martín vieron con buenos ojos la salida del croata. Petrovic se marchó a la NBA con la idea de volver algún día al Madrid, él mismo sabía que no había sido la mejor manera de irse de un club que le trató con un cariño y un respeto considerable. No tuvo la oportunidad de hacerlo. Por su parte, el Real Madrid comenzó aquel verano de 1989 una de las temporadas más difíciles de su historia.

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